Capítulo 8

Volví a guardar el Iphone en el bolsillo y me dirigí al coche donde se encontraba Johnson toqueteando el móvil por lo que puse los ojos en blanco, estoy pensando en llevarle a alguna asociación que haya por ahí de ‘Adictos al Móvil Anónimos’, pero no creo que estuviera dispuesto a ir, aunque no le vendría mal.

Ya en el coche me preguntó como me había ido y le respondí que genial por lo que se alegró por verme feliz ya que hacía tiempo que no salía con nadie.

De vuelta a Scotland Yard nos estábamos divirtiendo mucho escuchando la BBC Radio 1, era una cadena en la que solían poner buena música, por lo que Rob y yo nos encontrábamos cantando y más cuando sonó ‘Highway to hell’ de AC/DC, lo que resultó ser la guinda del pastel ya que estábamos en Drace Street.

En la comisaría recogimos un par de cosas que nos habíamos dejado antes de ir a interrogar a Moore, la que ya estaba casi descartada pero hasta el momento en el que el verdadero asesino esté entre rejas, ninguno es inocente.

Como siempre Rob se venía conmigo en el coche hasta Piccadilly, donde se bajaba para coger el metro en Piccadilly Circus para ir a su casa. Quedamos en que mañana por la mañana sobre las 9.30 am nos veríamos a la salida de la boca del ‘Underground’ para ir a casa de Ryman y recoger las cartas de amenazas.

En llegar a mi edificio, aparqué el Hyundai en mi plaza, cogí la gabardina que me había quitado antes pues tenía calor, guardé las llaves del coche en los vaqueros pitillo y saqué las llaves de casa puesto que las necesitaba para el ascensor. Pulsé el botón en el que aparecía un 17, el elevador se paró en la planta baja, donde se subió la señora Whiteman y su nieto Alejandro.

[Os explicaré la señora Whiteman era viuda desde hacia unos cuantos años, su marido falleció en un accidente de coche en que también viajaban los padres de Alejandro y ahora ella se encargaba de él, puesto que sus padres también fallecieron en el mismo vehículo que su abuelo]

Me saludaron y pulsaron el botón del cuarto. En el ascensor no hablamos nada y la verdad es que nunca entenderé la manía que tenía la gente de mirar arriba o abajo en el elevador si ibas con alguien. Pasó un minuto y se paró dando la señal de que ya estábamos en el cuarto, la señora Whiteman y Alejandro salieron de este, por lo que nos despedimos con un ‘hasta luego’ y una sonrisa. Las puertas se volvieron a cerrar y continuó subiendo hasta el diecisiete.

Saqué las llave y las inserté en la cerradura con la intención de abrir la puerta, después de dar un par de vueltas, la puerta se abrió, pasé y la cerré tras de mi dando otras dos vueltas ya que no iba a volver a salir en lo que quedaba de tarde. Dejé la gabardina sobre el sofá y me senté en el sofá, observé la hora del reloj que se encontraba delante del televisor, las 7.30pm, tenía tiempo para hacer mi ritual.  Suelo, cada vez que vuelvo del trabajo, cojo el libro que he depositado el día anterior sobre la mesa que se encuentra delante de la televisión y me pongo cómoda en el sofá para leer un rato. Hoy iba a continuar la primera parte de la trilogía de ‘50 sombras de Grey’, era un best-seller actual, uno de los más vendidos, por lo que supuse al comprarlo que estaría bien, y de momento iba por buen camino, y eso que no suelo leer esa clase de libros.

Yo, personalmente, nunca he sido una de esas personas que después de trabajar se ponían a ver el televisor para relajarse y quitarse el estrés de un día de trabajo, siempre he preferido leer a ver la caja tonta. De ahí mi ritual aunque a veces no me daba tiempo a realizarlo, aunque en ocasiones depende de la época del año lo modifico un poco, si es invierno suelo añadirle una taza de chocolate caliendo o un Caramel Macchiato, o si era verano, me hacía un té con limón y le ponía siempre dos cubitos de hielo.

Me pasé una hora así, hasta que me entró hambre por lo que me decidí a ir a la cocina a hacerme la cena. Dejé el marca páginas por la que me había quedado leyendo. Y me levanté. En la cocina, abrí la nevera y saqué un filete de pechuga de pollo y una lechuga iceberg. Cena sana, como siempre, además me lo obligaba la profesión a estar en forma y con buena salud. Encendí el fuego y coloqué la plancha encima con un par de gotas de aceite de oliva. Después de un par de minutos para que le aceite se calentara puse la pechuga sobre la plancha. Mientras corté unas cuantas hojas de la lechuga iceberg y las lavé debajo del grifo, luego, con un cuchillo, las corté en tiras y las puse en un plato. A continuación, le di la vuelta al pollo y mientras aliñé la lechuga con sal, vinagre y aceite. Un par de minutos más tarde, retiré la plancha del fuego y puse el pollo al lado de la ‘ensalada’. Cogí un cuchillo y un tenedor, le puse un poco de sal a la pechuga y coloqué el plato encima de la bandeja que tenía en la cocina junto con el vaso de agua.

Con la bandeja en las manos me dirigí al comedor para sentarme en el sofá, como siempre hacía, y veía las noticias, aunque no suelen decir cosas buenas. Cené tranquila viendo la televisión, sobre las 22.00 pm la apagué y me levanté para dejar la bandeja en la cocina, ya fregaría mañana junto con lo de la comida.

Al volver al sofá, cogí el Macbook blanco que tenía y me metí en Twitter y Facebook a ver si tenia alguna actualización pero no, la verdad es que no solía usar las redes sociales solo el mail por si me enviaban algo importante pero ya esta. Por lo que volví a apagarlo y lo dejé sobre la mesa.

Miré la hora, las 22.20 pm, volví a coger el libro de 50 sombras, y me fui a mi dormitorio. Y sobre as 23.00 pm me dormí puesto que mañana tenía que madrugar.

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Aquí tenéis el capítulo 8, no os quejareis que estoy subiendo muy a menudo, pero por un mal motivo, ahora empezaré los exámenes y no tendré mucho tiempo para escribir pero lo haré en mis clases libres, por ejemplo, la mayor parte de este capi lo escribí en la hora de mates que no vino el profesor. Y bueno muchas gracias por leer (si hay algún lector) y comentar que hasta la fecha es gratis. mi twitter es @swagownsme, por si queréis que os avise cuando suba. xxx